Maximiza tu salud celular

fitness longevidad metabolismo May 04, 2024
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Maximiza tu salud celular
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Desde que aprendimos acerca de las células en la escuela secundaria, las mitocondrias siempre han sido mencionadas como las "centrales eléctricas" de nuestras células. Pero, ¿qué son realmente las mitocondrias y por qué son tan importantes para nuestra salud? Las mitocondrias son organelos celulares especializados que desempeñan un papel crítico en la producción de energía en forma de ATP (adenosín trifosfato). Además de su función energética, las mitocondrias están involucradas en la regulación del metabolismo celular, la apoptosis (muerte celular programada), la señalización celular, entre otras funciones. Su importancia en la salud celular es innegable, ya que son fundamentales para el mantenimiento de la homeostasis y el funcionamiento adecuado de nuestros tejidos y órganos.

En las últimas décadas, hemos comenzado a comprender mejor el papel fundamental que desempeñan las mitocondrias en nuestra salud y bienestar. Desde enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 hasta condiciones degenerativas como el Alzheimer, las disfunciones mitocondriales se han identificado como un factor subyacente. En este artículo, exploraremos cómo estas pequeñas centrales de energía dentro de nuestras células pueden afectar nuestra salud y cómo el ejercicio puede ser la clave para mantenerlas en óptimas condiciones.

 

Imagen 1: Estructura de la mitocondría

 

El fascinante origen y evolución de las mitocondrias

 

Las mitocondrias son responsables de proporcionar energía a nuestras células y tienen un origen sorprendente que se remonta a unos 1.500 millones de años atrás. Según la hipótesis endosimbiótica propuesta por la Dra. Lynn Margulis, estos organelos surgieron a partir de bacterias aeróbicas (mitocondrias) que fueron engullidos por células eucariotas, dando lugar a una simbiosis. En este proceso, las mitocondrias ofrecían energía aeróbica (con presencia de oxigeno) a las células eucariotas a cambio de protección, lo que supuso un cambio fundamental en la evolución y dio origen a cientos de nuevos genes y proteínas, otorgando ventajas evolutivas a múltiples especies, incluida la vida animal y humana.

La energía es fundamental para la vida, y se obtiene de los componentes básicos de los alimentos que consumimos: carbohidratos, proteínas y grasas. En las mitocondrias, estas moléculas se descomponen para producir energía en forma de ATP, esencial para diversas funciones celulares. La cantidad de mitocondrias en una célula varía según sus necesidades energéticas; órganos como el músculo, el hígado y el cerebro tienen muchas mitocondrias debido a su alta demanda energética. Además de la producción de energía, las mitocondrias desempeñan roles importantes en la señalización celular, la diferenciación y la muerte celular programada, así como en la regulación de diversas vías metabólicas como el ciclo de la urea y el metabolismo de aminoácidos.

 

Comprendiendo la disfunción mitocondrial: Implicaciones para la salud y la enfermedad

 Visión de hombre en microscopio blanco

Imagen 2

 

La disfunción mitocondrial, aunque comúnmente denominada así, no siempre significa una completa falta de funcionamiento de las mitocondrias, sino más bien una reducción en su capacidad o un nivel de funcionamiento inferior al óptimo. Este fenómeno puede ser provocado por una variedad de factores, incluyendo mutaciones genéticas, el envejecimiento, infecciones y la falta de actividad física, cada uno contribuyendo de manera única a la complejidad de las enfermedades asociadas.

 

  • Mutaciones Genéticas y Enfermedades Neurológicas: Las mutaciones en el ADN mitocondrial son raras pero significativas, asociadas a menudo con trastornos neurológicos como miopatías, ataxia y neuropatías. Estas mutaciones afectan la producción de energía en las células, alterando funciones vitales y precipitando el desarrollo de enfermedades metabólicas y degenerativas.
  • El Envejecimiento y la Capacidad Mitocondrial: A medida que envejecemos, la capacidad de nuestras mitocondrias para generar energía disminuye, un cambio considerado uno de los marcadores del envejecimiento. Este declive está asociado con una reducción en la dinámica mitocondrial, incluyendo procesos como la fisión y fusión mitocondrial, lo que puede resultar en un cambio hacia una mayor dependencia de la glucólisis para obtener energía.
  • Impacto de las Infecciones en la Función Mitocondrial: Las infecciones, tanto virales como bacterianas, pueden alterar significativamente la función mitocondrial. Ejemplos recientes incluyen el COVID-19, que afecta la función mitocondrial y puede contribuir a las secuelas crónicas observadas en algunos pacientes después de la recuperación. Las infecciones también pueden inducir cambios en la regulación inmune que dependen de la integridad mitocondrial.
  • La Importancia de la Actividad Física: La falta de actividad física tiene consecuencias directas sobre la función mitocondrial. Estudios han mostrado que incluso períodos cortos de inactividad pueden disminuir significativamente la función de las mitocondrias, afectando la biogénesis mitocondrial y la capacidad oxidativa. La actividad física regular no solo ayuda a mantener la función mitocondrial sino que también mejora la flexibilidad metabólica, crucial para prevenir enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida.

 

El ejercicio: La MEJOR "Medicina" conocida para mantener y mejorar la función mitocondrial

 

Durante décadas, se ha sabido que el ejercicio es el mejor estímulo fisiológico para mejorar la función mitocondrial en los músculos esqueléticos y posiblemente en otros órganos. Múltiples estudios han demostrado mejoras significativas en la biogénesis y función mitocondrial después del entrenamiento. El ejercicio no solo aumenta la cantidad de mitocondrias, sino que también mejora la expresión de proteínas mitocondriales y reduce la producción de radicales libres. Estos efectos se observan tanto en atletas de élite como en personas sedentarias que adoptan un programa de ejercicio regular.

 

 

  • Ejercicio y Enfermedades Crónicas: El ejercicio regular también muestra beneficios en la función mitocondrial en personas con enfermedades crónicas. En pacientes con diabetes tipo 2, por ejemplo, el ejercicio aumenta la densidad mitocondrial y mejora la sensibilidad a la insulina. Además, en enfermedades cardiovasculares, el ejercicio mejora la biogénesis mitocondrial en el corazón y los músculos, lo que puede tener efectos protectores.
  • Importancia del Ejercicio en el Envejecimiento: En adultos mayores, el ejercicio prolongado puede mantener la función mitocondrial y la flexibilidad metabólica en niveles similares a los de adultos jóvenes. Esto sugiere que el ejercicio regular puede contrarrestar algunos de los efectos negativos del envejecimiento en la función mitocondrial, lo que podría tener implicaciones importantes para la salud a medida que la población envejece.

 

¿Cómo empezar a mejorar mi salud celular?

 

Mejorar la salud mitocondrial implica varias prácticas de estilo de vida, a continuación te proponemos estrategias clave para mejorar el funcionamiento mitocondrial y celular:

  1. Ejercicio regular: Tanto el entrenamiento de resistencia como el ejercicio cardiovascular son cruciales para mejorar la salud mitocondrial. Intenta dedicar entre 30 y 60 minutos al día, de seis a siete días a la semana. El ejercicio influye en la calidad del sueño, el estado de ánimo, la reducción del estrés y la función mitocondrial general.
  2. Cardio en Zona 2: Se refiere a un nivel de intensidad moderada en el ejercicio, donde estás trabajando a un ritmo cómodo pero constante. En términos de frecuencia cardíaca, la zona 2 suele estar entre el 60% y el 70% de tu frecuencia cardíaca máxima.  Los ejercicios en zona 2 son adecuados para sesiones de entrenamiento más largas, idealmente sesiones de entre 30 y 60 min, y pueden incluir actividades como correr a un ritmo moderado, andar en bicicleta a una velocidad constante o nadar a un ritmo cómodo.
  3. Ayuno y dieta: Practicar el ayuno intermitente o ayunos prolongados puede estimular procesos como la mitofagia (degradación de mitocondrias deficientes), que ayuda a eliminar las mitocondrias dañadas. Además, las dietas que reducen la ingesta de azúcar y las dietas potencialmente cetogénicas pueden promover la función y la salud mitocondrial.
  4. Exposición al frío: La exposición al frío, como la inmersión en agua fría por las mañanas, puede estimular la biogénesis (creación de nuevas mitocondrias) mitocondrial en el tejido adiposo marrón y en músculos.

 

Conclusión

 

El ejercicio sigue siendo la intervención más importante conocida para mejorar la función mitocondrial y la salud metabólica en general. Sin embargo, es crucial adaptar el tipo y la intensidad del ejercicio a las necesidades individuales de cada persona, especialmente en aquellos con enfermedades crónicas. La colaboración entre diferentes especialistas en salud y el desarrollo de programas de ejercicio personalizados son pasos fundamentales para aprovechar al máximo los beneficios del ejercicio en la función mitocondrial y la salud en general.

 

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REFERENCIAS

Imagen 1: Alcalá, F. (s. f.). ¿Qué son las mitocondrias y cuáles son sus funciones? Formación Alcalá. https://www.formacionalcala.com/articulos/149/que-son-las-mitocondrias-y-cuales-son-sus-funciones 

Imagen 2: Vasques, L. (2017, 20 noviembre). Visión de hombre en microscopio blanco. Unsplash. https://unsplash.com/es/fotos/vision-de-hombre-en-microscopio-blanco-9vnACvX2748 

Teoría_endosimbiótica. (s. f.). https://www.quimica.es/enciclopedia/Teor%C3%ADa_endosimbi%C3%B3tica.html 

Howden, E. J., Sarma, S., Lawley, J. S., Opondo, M., Cornwell, W. K., Stoller, D., Urey, M. A., Adams‐Huet, B., & Levine, B. D. (2018b). Reversing the Cardiac Effects of Sedentary Aging in Middle Age—A Randomized Controlled Trial. Circulation, 137(15), 1549-1560. https://doi.org/10.1161/circulationaha.117.030617 

San-Millán, I. (2023b). The Key Role of Mitochondrial Function in Health and Disease. Antioxidants, 12(4), 782. https://doi.org/10.3390/antiox12040782 

Mandsager, K., Harb, S. C., Cremer, P., Phelan, D., Nissen, S. E., & Jaber, W. A. (2018b). Association of Cardiorespiratory Fitness With Long-term Mortality Among Adults Undergoing Exercise Treadmill Testing. JAMA Network Open, 1(6), e183605. https://doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2018.3605 

 

  

Con aprecio, Leo Arévalo

Fundador OUTLIERS

 


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